Todos los países durante la primera ola de la pandemia, llamaron a la mayoría de los trabajadores de la salud, sin importar su rango o especialización para ayudar en los hospitales, donde acababan sus turnos tarde por la noche y comenzaban el próximo a las siete de la mañana del día siguiente. Gran parte de ellos se encontraban prestando sus servicios sin siquiera recibir el pago justo por su trabajo, haciendo que muchos de ellos incursionaran en el mundo de la pornografía online vendiendo vídeos porno para poder pagar las cuentas.
Este es el caso de Carolina, una cirujana y madre soltera de 26 años de edad quien vive en Francia quien se vio obligada a trabajar los fines de semana como dominatriz para varios porn tubes locales.